La pulserita mágica del equilibrio, que se anuncia en todas las radios del país continuamente, parece ser la ultima promoción del marketing del placebo.
Como si fuera una lección magistral de "como vender lo que todo el mundo desearía comprar, aunque todos saben que eso no existe".
Está teniendo un gran éxito de ventas, ya que la veo actualmente en mucha gente en la calle cada día, ademas por supuesto, en todas las farmacias.
Últimamente no he dejado de encontrarme con la estafa en cuestión. La he visto en muñecas de deportistas, actores y de trabajadores de la televisión. Se la he visto a camareros, a periodistas y a amas de casa, pero mi espanto llegó cuando la descubrí en la muñeca de algunos dirigentes políticos como el Lendakari Patxi López, o el presidente de la Comunidad de Cantabria Miguel Ángel Revilla. Francisco Camps no se si usa pulsera, pero como el es tan feliz con lo suyo, seguro que no la necesita. :)
Todo esto me ha llevado a preguntarme: ¿Alguien puede creer que todas esas maravillosas propiedades las puede albergar una miserable anilla de goma/silicona? ¿Hace falta tener conocimientos científicos para ver la estafa que representa semejante producto milagro? ¿Es necesario haber acudido a la universidad, hace falta escuchar las conferencias del TED o leer a Stephen Jay Gould para saber que se trata de un engañabobos revestido de lenguaje pseudocientífico?
La respuesta es un no tan obvio y contundente que duele. La única formación necesaria, es un mínimo sentido común, que por otra parte todo el mundo debería tener.
Este pensamiento me lleva al siguiente, ¿Como confiar en el consejo de un farmacéutico que después de estudiar durante al menos cinco años una carrera universitaria seria, que comprende claramente la diferencia entre principio activo y placebo, vende en su establecimiento todo tipo de, productos mágicos, de homeopatía, timos, tratamientos alternativos y en resumen productos tan inútiles como rentables?
Pretende entonces el licenciado, que cuando recomienda algún medicamento, su palabra valga mas que cuando vende pulseritas mágicas, pero no puedo dejar de pensar que no es mas que otro mercader, que vende lo que mas rentabilidad produce, sin tener nada que ver mi salud en todo ello.
Durante las últimas semanas he preguntado a los portadores de pulserita de mi entorno por que han gastado cerca de 40 Euros en eso, la respuesta ha coincidido en la mayoría de los casos: "bueno, nunca se sabe, a lo mejor funciona" "mucha gente la usa".
Incluso alguno nota sus beneficiosos efectos desde que la lleva, aunque no sabría definir "que" es lo que nota. Es duro reconocer que te han timado, aunque la mayoría pasado un tiempo reconoce que no hace nada detectable en su organismo, esto suele ocurrir cuando pasa de moda.
Cada vez que oigo este tipo de argumentos, me imagino a un enfermo terminal que acepta, desesperado, el último tratamiento experimental. ¿Qué tengo que perder? Después de todo, ya estoy muerto. En nuestro caso el portador de gomas no solo pierden dinero, sino también credibilidad y consideración social. Nunca contrataría a alguien que viene a pedirme trabajo con una pulserita de estas.
Las pulseritas mágicas son un detector de papanatas recalcitrantes, de majaderos terminales, y son de una fiabilidad aplastante, si pueden pagarla, todos los tontos llevarán una.
Son la demostración de que, en el siglo XXI, el placebo puro y duro, bien promocionado y vendido con un buen plan de marketing, puede ser un grandioso éxito de ventas, porque idiotas, simples y gañanes dispuestos a gastar su dinero sin pensar un poco, nunca faltan.
Cualquier cosa envuelta en plástico puede adquirir el estatus de Milagro Mágico.
Pero pensar que un trozo de goma con un holograma "un holograma en el que se han incrustado frecuencias naturales halladas en la naturaleza, conocidas por reaccionar de forma positiva con el campo de energía de tu cuerpo" (literalmente extraído de su publicidad) puede mejorar en algo tu salud fisica, es pensar muy poco, o nada.
Las frecuencias naturales de la naturaleza pura y natural, han sido halladas y extraídas naturalmente con absoluta naturalidad de la mismísima naturaleza, vamos, que mas natural ya es imposible, para ser un trozo de goma de la que no existe naturalmente, en la naturaleza.
Lo cierto es que ser portador de uno de estos placebos de goma, no dice nada bueno de ti, a las personas que te conozcan, a no ser que ellos sean a su vez portadores del timo.
Que pan mas amargo.