Lo han hecho unos chavales de 15 años de mi barrio Tonii y Soul, del colectivo Mgu, y aunque ya sabemos que uno de los alicientes del grafiti es la ilegalidad y el riesgo, en mi terraza no existen, que le vamos a hacer, no se puede tener todo.
El graffiti siempre va acompañado de su condición transgresora, extralimitada, destructiva, combativa... en realidad es éste el caracter que constituye su esencia: La ilegalidad. Bien podemos llamarlo vandalismo, pero tampoco hay que ver más allá de donde es. No es un problema tan grande y no es excusa para las cantidades de dinero desorbitadas que se emplean en su erradicación. Leandri afirmaba: “El graffiti es el grado cero de violencia, el más pequeño vandalismo posible”. Pretender aceptar el graffiti sin su esencia de ilegalidad es no entender una de sus causas básicas de producción. Nos encontramos pues ante un fenómeno simultáneo de creación y destrucción. Como dijo Norman Mailer: “Siempre hubo arte en un acto criminal”.
Esto nos lleva entonces a dividir el graffiti en dos partes: Graffiti legal (arte) y graffiti ilegal (vandalismo). Hay muchas y muy diferentes opiniones al respecto. Esto a veces genera disputas o cuando menos debates sobre como debe pintar un escritor: legal o ilegalmente. Lo que está claro es que cada uno tiene su forma de ver las cosas y sus razones que le hacen decantarse por una o por otra (gozan de especial respeto los escritores que practican ambas, es decir grafiti en muros, en trenes, bombardeo...(el bombing es llenar su zona/ciudad con su firma en cualquier lugar) En todas sus vertientes.
Quien sea el propietario de la pared es solo anecdotico, y al escritor le importa poco, en este caso era yo PERO MAÑANA PODÉIS SER CUALQUIERA DE VOSOTROS XDDD.
Que grafiti mas guapo te han hecho tio ¡¡¡
ResponderEliminarPero pagales algo que eres muy rataaaa XD.
Yo te pediría derechos de autor y como se entere la sgae te funde.